Está en marcha la apuesta Europea y de Gobierno por trabajar en aras a revertir el Cambio Climático, y el reto es “la neutralidad climática 2050”. Para ello es prioritaria la rehabilitación integral de nuestros edificios, para mejorar su comportamiento energético, su salubridad, su accesibilidad, así como la apuesta por considerar aspectos del ciclo de vida de los inmuebles y promover el uso de materiales de baja huella de carbono.
Como nos precisa Dolores Huerta, directora general de GBCe (Asociación que colabora estrechamente con el Ministerio para marcar una hoja de ruta viable encaminada a conseguir los objetivos trazados), en éste artículo de opinión en el diario económico CincoDías de El País, “hay cuestiones que se echan en falta. Por señalar dos de las mas relevantes, estas serían, en primer lugar, una vigilancia de la evolución del consumo de energía en los edificios y del impacto real de las medidas que se vayan implementando y en segundo lugar, la introducción del ciclo de vida completo de los edificios en su descarbonización”.
Vigilar, más que legislar. Incentivar, más que multar, podría ser uno de los caminos hacia el 2050.