Felipe Pich-Aguilera habla sobre la rehabilitación y la eficiencia energética de los edificios en este artículo de La Vanguardia
“Vivimos en edificios viejos, deficientes energéticamente y con mucho margen de mejora.
Según cifras de la Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reforma (Anerr), hay 8,5 millones de edificios que necesitan “acciones de mejora”, con 7,3 millones precisando “mejoras en criterios de eficiencia energética y sostenibilidad.”
El Gobierno quiere remediar este problema con un plan de subvenciones para estas reformas, para mejorar el confort y disminuir el gasto energético. Las altas facturas se deben muy a menudo por los malos cerramientos y el poco aprovechamiento del sol, lo que provoca un uso excesivo de la calefacción y el aire acondicionado. Además, suponen un 38% de las emisiones de CO2.
Felipe Pich-Aguilera comenta que el problema se concentra en las viviendas construidas entre los años cincuenta y ochenta, porque “muchas no fueron aisladas”. Añade: “Lo primero pasa por proteger bien entre exterior e interior, que la vivienda demande poca energía. De nada servirá cambiar radiadores o calderas si el calor se va por las ventanas y por todas partes.”
Así, concluye que en el 80% de casos la solución es intervenir en fachadas.
No hay que olvidarnos tampoco de los techos y las cubiertas. “En gran parte de los edificios tienen un peso residual y provocan una entrada de calor excesiva. También estamos desaprovechando su potencial energético”. Felipe Pich-Aguilera propone otras alternativas más verdes, como la vegetación y las placas solares.
Podéis descargar el artículo de La Vanguardia, escrito por Luis Federico Florio, aquí.