En estos tiempos en los que nos damos cuenta de que el efecto del hombre está causando un cambio climático irreversible al planeta, las convenciones internacionales para tomar acción como la COP26 son muy necesarias.
Es aquí donde todos los países deben participar para plantear objetivos y comprometerse para reducir este impacto e intentar mitigar los daños que se han estado causando.
Este año, se ha llevado a cabo dicha convención en Glasgow, Escocia, en donde algunos de los acuerdos a los que se llegó son los siguientes:
- Limitar el aumento de temperatura global de 2Cº a 1.5C
- Reducir emisiones de CO₂ en un 45% para el 2030
- Acelerar el desarrollo de tecnologías dirigidas a la producción de energías renovables
- Proteger conservar y restaurar los ecosistemas naturales
- Promueve el soporte financiero de países desarrollados a países en desarrollo para mitigar este impacto ambiental
Aunque estos acuerdos están en línea del objetivo de reducir el impacto ambiental, es posible que no sean suficientes. Estos objetivos son como una receta de un nutricionista a una persona con problemas de salud por obesidad. Si el nutricionista le dice que en lugar de comerse un pastel entero, solo se coma la mitad del mismo, puede ser que deje de subir de peso, pero no significa que podrá recuperar su salud a corto plazo.
Lo mismo pasa con estos objetivos, evidentemente proponen una mejora, sin embargo necesitamos revertir los efectos de nuestro propio impacto, no solamente detenerlo. Es cierto que no es fácil y que el cambio no sucede de un día para otro y los que trabajamos en la línea de esfuerzo para reducir este impacto lo sabemos, pero ¡Debemos hacer más!
Sugerir objetivos aún más ambiciosos, reducir aún más las demandas energéticas, reducir los consumos, las emisiones, el desperdicio de materiales y promover y difundir acciones que todas las personas puedan hacer (separar residuos, ser conscientes del uso de la energía, consumir menos plástico, etc.), de esta manera entre todos, intentar no solo reducir este impacto, sino revertirlo.
Gabriela Treviño, arquitecta.
Responsable del departamento de Sostenibilidad