Jordi París participó activamente en la BNEW, la Barcelona New Economy Week, que tuvo lugar del 5 al 8 de octubre, para ofrecer respuestas a los grandes retos planteados tras el impacto de la COVID-19, analizando el sector del Real Estate, entre otros.
A continuación, presentamos una reflexión de Jordi París sobre el tema en cuestión después de su participación:
Ha habido una transformación muy profunda en el modelo de los espacios de trabajo, ya iniciada antes de la pandemia, pero acelerada por esta, con una transformación del modelo de oficinas que viene de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba:
Por un lado, de abajo hacia arriba, el usuario de los espacios de oficina quiere trabajar en unas condiciones más atractivas que en su propia casa: con mayor confort, salud, sintiéndose estimulado, haciendo networking, con flexibilidad funcional, en un espacio creativo, eficiente, saludable y sostenible. Estas demandas van en paralelo a una batalla por el talento para conseguir atraer y fidelizar los trabajadores también a través de los edificios.
Estas necesidades de los usuarios de los edificios interpelan a las empresas, a los gestores y propietarios de edificios de oficinas.
Por otro lado, de arriba hacia abajo, existe un mandato ya a nivel Europeo que se va trasponiendo para incentivar la innovación y la sostenibilidad, muy vinculado con la descarbonización de todo el ciclo de vida de los edificios, y que va a ir consolidando progresivamente un modelo de edificios de oficinas muy parecido a lo que piden los usuarios desde abajo hacia arriba. Para conseguir esta viabilidad van a ir apareciendo impuestos e incentivos para cambiar el modelo, y va a aflorar el riesgo inmobiliario de los activos que no cumplan con este modelo descarbonizado.
El mercado inmobiliario se orienta para aprovechar oportunidades y minimizar riesgos, y con esta transformación del sector se van a tener que adaptar los activos existentes para reducir el riesgo de quedar fuera de mercado por no dar respuesta a las expectativas de los usuarios y por el riesgo de demasiada dependencia del carbono. Por otro lado, las nuevas promociones van a tener que plantearse directamente con el nuevo modelo si quieren ser competitivas en un futuro inmediato.
El principal reto de la arquitectura es el de dar respuesta a las expectativas contemporáneas con los mínimos recursos necesarios para ello, y hoy pasa por el impulso a la salud, la sostenibilidad, la biodiversidad, la flexibilidad, la economía circular, la descarbonización, la generación de valor, el networking, la reducción de recursos materiales y energéticos necesarios para generar la actividad…
Un ejemplo de ello es el proyecto de ampliación del Delta Business Center en Viladecans de nuestro estudio, realizado en colaboración público-privada con el impulso del Ayuntamiento, que trabaja desde hace tiempo en economía circular, sostenibilidad, la creación de valor y el impulso de actividad económica en el municipio.
Este proyecto cuenta con un parque abierto a la ciudad equivalente a dos manzanas del Ensanche de Barcelona, donde la gente podrá pasear entre una vegetación tipo Delta, con sus lagos árboles y pájaros, y en el cual habrá unos accesos hacia arriba, donde habrán volúmenes de oficinas y sus terrazas que irán haciendo sombras al parque. Oficinas flexibles, saludables y descarbonizadas que darán respuesta a esta doble demanda de las empresas y las administraciones impulsadas por la arquitectura, el hardware, perfectamente integrado con el software correspondiente: el modelo de gestión contemporáneo y flexible del Delta Business Center.
Jordi París, arquitecto.
Os dejamos el vídeo de la sesión: