Para abordar la construcción de la remonta de una casa unifamiliar en Barcelona, enseguida tuvimos claro cuál era el sistema constructivo que íbamos a utilizar, y que acabaría siendo protagonista en la propuesta arquitectónica: la construcción mediante paneles de madera contralaminada (CLT).
Expertos ya en los procesos industrializados de construcción, teníamos conocimientos testeados sobre la reducción de los tiempos de ejecución, el orden y limpieza en obra, y el ahorro en recursos materiales y energéticos en la producción.
A lo largo de los años también hemos entendido las ventajas de trabajar con componentes bidimensionales que optimizan el transporte de fábrica a obra (no se transporta aire) y, que bien concebidos, pueden simplificar claramente el proceso constructivo, pues se resuelve estructura y gran parte de la envolvente de una sola vez.
Sin embargo en esta ocasión pensamos que se daban las condiciones adecuadas para continuar el camino de una industrialización inteligente con un material que hasta la fecha habíamos trabajado poco, la madera. La construcción a base de paneles de CLT ofrece todas las ventajas de la construcción industrializada a través de elementos bidimensionales, pero además nos permite hacerlo con un material ligero, obtenido de fuentes renovables y con un acabado natural interesante, características ideales para abordar la remonta de una casa unifamiliar.
El proceso de diseño, en un caso como este, requiere de ciertos conocimientos y herramientas, los cuales nosotros afortunadamente ya teníamos interiorizados.
En primer lugar, desde el primer esbozo, tener la conciencia del sistema constructivo, sus reglas dimensionales, su técnica de ensamblaje y el potencial de su aspecto natural.
Seguidamente, la identificación de un industrial experto con el que pudiéramos mantener una comunicación fluida, puesto que deberían estudiar el proyecto, adquirir un compromiso de coste aproximado ya en una fase temprana del diseño y ofrecer un apoyo técnico en el desarrollo del proyecto de ejecución. En esta ocasión establecimos una magnífica complicidad con Verdaguer Germans (construcciones en madera) para desarrollar los elementos y los requerimientos de proyecto. Fueron ellos, con los parámetros establecidos de precios y plazos, quienes detallaron el fabricante más apropiado. Como en cualquier proceso de industrialización de la construcción, la precisión y supervisión de todos los planos es imprescindible y la estrecha colaboración entre los planos elaborados en fábrica y los de proyecto necesita de una interacción continua.
Y por último, usar metodología BIM, que permitiría definir tridimensionalmente los componentes del edificio, para acabar generando un modelo tridimensional fiable, con la incorporación de los mecanizados necesarios (agujeros, encajes, anclajes…) para la producción de las piezas en fábrica mediante maquinaria de corte paramétrico.
La ejecución en obra fue rápida, limpia y sin contratiempos. En dos días y medio se había ensamblado suelo, paredes y techo, es decir, la totalidad de la estructura.
Las piezas llegaron a obra en un solo tráiler convencional. Esto fue posible gracias a un buena planificación del transporte, con replanteo de los paneles en la plataforma del vehículo incluido.
Los trabajos previos consistieron en la demolición de unos pocos elementos incompatibles con la remonta -chimenea y algunos parapetos perimetrales-,
y el tendido de los trazados horizontales de instalaciones, previstos sobre la cubierta de gravas preexistente que se iba a mantener (no se altera impermeabilización).
A partir de aquí se iniciaron los trabajos de la estructura de madera. Se plantaron vigas de madera laminada, como elemento lineal de apoyo del nuevo volumen, elevándolo y así generando una cámara sanitaria entre el nuevo piso y el inferior.
A continuación se ensamblaron las 4 piezas que conformaban el forjado inferior, que contaba ya con los huecos para el paso y registro de las instalaciones.
Seguidamente se montaron los paneles de cerramiento vertical y de cubierta, comenzando por un extremo, avanzando en el cierre del volumen sin la necesidad de estructuras auxiliares de estabilización.
El proceso de obra no necesitó de ninguna manipulación de los elementos, únicamente su ensamblaje. Durante y al final de montaje se constató la precisión y el rigor con el que se habían diseñado y producido los diferentes componentes, adaptándose perfectamente a la geometría existente de la casa.
Podemos considerar que ha sido un experiencia muy satisfactoria, en la que a las ventajas, ya conocidas, de una construcción industrializada a base de grandes componentes bidimensionales, se le han sumado las propias de un material renovable con unas considerables prestaciones técnicas y formales.
Para concluir creo que vale la pena hacer una reflexión sobre la construcción en madera en nuestro territorio. Si bien ya hay explotaciones y serrerías para la construcción de estructuras en Catalunya y España, es una industria todavía poco desarrollada en comparación a las existentes en otros países europeos. Esta situación conlleva que actualmente todavía sea traer esta materia prima renovable de lugares un tanto alejados.
Aun así la construcción en madera, por sus numerosas ventajas explicadas anteriormente, sigue siendo una opción muy interesante desde el punto de vista técnico y medioambiental. Por esto pensamos que de mantenerse el aumento de la demanda en nuestro sector, y si hay un acompañamiento desde las administraciones para mejorar algunas infraestructuras necesarias, podremos ver en los próximos años un desarrollo importante de la industria de la madera para la construcción de nuestro estado. Así una producción local más competitiva contribuirá a normalizar el uso de la madera en nuestros edificios.
Actualmente en PichArchitects, y gracias en parte a la experiencia ganada, estamos introduciendo sistemas estructurales y de cerramientos de madera CLT en varios proyectos de una mayor escala, pero esto ya lo explicaremos en otra ocasión.